La educación rural multigrado en contexto de pandemia

Profesores rurales salen a visitar a sus alumnos y familia a sus hogares, recorren kilómetros de caminos en mal estado para llevar material de estudio, canastas de alimentos y saber cómo están.

Los profesores de microcentro tienen una ventaja y es que en sus aulas son pocos estudiantes por lo que logran un apego distinto con ellos y con sus familias, donde además trabajan el apoyo psicosocial y psicoemocional, cada uno pone su sello.

Hoy el diario vivir en la educación rural ha debido cambiar, las medidas sanitarias así lo indican, y con ello se ha intensificado el espíritu de los directores, profesores, profesionales y asistentes de la educación que hacen numerosos esfuerzos para llevar lo necesario a los hogares de cada uno de sus estudiantes.

Glenda Santana, profesora de la Escuela Rural Colonia el Gato, (km 34 Colonia el Gato)  señala que ha sido difícil trabajar con los niños en forma remota, sus alumnos viven a grandes distancias por lo que es ella quien va a visitarlos semanalmente, “ha sido un trabajo distinto, mis alumnos viven a gran distancia de la escuela y he sido yo quien va a sus casas a dejarles material de apoyo. Mi esposo es el que me traslada, porque el trayecto es largo y con caminos muy malos, primero pasamos a revisar la Escuela, que todo esté bien, luego nos vamos por Monte Verde a entregar material y finalizamos en el sector de Chaqueihua”, comentó.

Una de las alumnas de la Tía Glenda, como le llaman cariñosamente las familias, es Denisse Pérez, del sector Los Pellines, ella cursa 1° básico y al igual que todos ha tenido que adaptarse a esta nueva forma de estudiar, su mamá Dayana Hernández señala que ha sido muy difícil adaptarse a este nuevo sistema “para Denisse la distracción que tenía aquí, era ir al colegio, allá esta su única amiga y compañera, aquí no hay niños cerca, y el encierro la tiene desanimada, es difícil estudiar, no está concentrada pero gracias al apoyo de la Tía Glenda, que es fundamental para nosotros, hemos ido avanzando de a poco”.

Para la Dirección de Administración de Educación Municipal de Puerto Montt (DAEM) la educación rural ha sido una de las áreas de mayor preocupación, considerando las dificultades geográficas y de conectividad digital que tienen, lo que hace más difícil la continuidad del aprendizaje y contacto con los estudiantes y sus familias. Abel Espinosa, Coordinador de Educación Rural Multigrado explica cómo ha sido el trabajo a través de los microcentros, “con la red de microcentros, Cielo Mar y Tierra y Reencontrados mantenemos reuniones de coordinación permanente, donde desarrollamos y orientamos sobre la priorización curricular que entrega el DAEM, las priorizaciones y material que llega desde la UTP, mejoramiento educativo en tiempos de pandemias, donde reciben inducciones al respecto, pero  también nos cuentan sus experiencias, ellos tienen una ventaja y es que generalmente son pocos alumnos, por lo que la enseñanza es más personalizada y directa, e incluso ahora en medio de la crisis sanitaria, ellos van a las casas de sus alumnos”

El apoyo a la familia ha estado en el centro de atención en la zona rural, acompañando a madres, padres y apoderados en situación complejas, entregando las canastas de alimentación y otras ayudas que llegan de diferentes instituciones. Los profesores se han convertido, en mucho de los casos, en asistentes sociales, entregando ese apoyo socioemocional que se va perdiendo por estos días y que tan importante es para el logro de los aprendizajes.  

Cesar Licandeo, profesor de la Escuela Rural Lauca nos comenta que trabajar en el área rural le ha otorgado mayor cercanía con las familias de los alumnos, porque son poquitos los niños en sala (solo 2), lo que le permite llegar a todos, “estar más cerca de ellos nos da más facilidades de poder lograr contacto con los alumnos establecer un vínculo mas importante que solo de profesor a alumno, también educamos desde lo valórico, por lo tanto de esa forma hacemos que nuestro trabajo sea más rico en cuanto a relacionarnos como personas, preocuparnos de sus necesidades, hoy están limitados en movilidad por lo que siempre me preocupo si necesitan algo” expresó Licandeo.

Su rutina inicia temprano, desde su domicilio en Puerto Montt, viaja aproximadamente 30 kilómetros hasta la Escuela (Camino Río Chico s/n Km. 25), donde revisa que todo esté en perfectas condiciones, luego se traslada 2 kilómetros más para llegar a la casa de Nicolás, alumno de 3° básico, con quien tiene una rutina especial ya que revisan las guías y explica algunos detalles de las tareas que debe realizar para la siguiente visita; distante a 1,5 kilómetros esta la casa de Amaral, alumna de 2° básico donde repite los mismo pasos, explicando al apoderado cuales son las guías y tareas que debe realizar la menor.

Ambos profesores rurales coinciden en destacar el apego que tienen con sus alumnos y familias, sentimiento que se repite en sus colegas ya que todos están hoy realizando el mismo trabajo y esfuerzo por mantener contacto con sus alumnos, por saber cómo están y que necesitan.

“En la educación rural se da mucho el construir sociedad desde la fortaleza, las comunidades pequeñas son muy unidas a pesar de las grandes distancias que hay. Yo quiero reconocer el trabajo que realizan los docentes de estas escuelas porque requiere de vocación y un compromiso importante, son personas que están realmente interesadas en llevar la pedagogía hasta el último rincón y eso se agradece, sobre todo ahora bajo el contexto de la crisis sanitaria”, indicó el director del Daem, Albán Mancilla. 

Cabe destacar que en un esfuerzo por garantizar la continuidad del aprendizaje, las escuelas rurales multigrado, han facilitado a sus estudiantes notebooks y computadores para que puedan mantener contacto con otros profesores, vía redes sociales, como educación física con ejercicios a realizar en casa, siempre y cuando logren tener señal de internet, además de la entrega de materiales didácticos, de reforzamiento y entretención.

Hoy cada hogar se ha convertido en escuela, una escuela nueva, con una visión diferente, con una ayuda diferente, con un compromiso profesional cada vez mayor, donde la Educación Rural Multigrado levanta su voz y su acción para entregar a cada uno de sus estudiantes, habilidades, hábitos y conductas que los acompañarán para toda su vida en sociedad.

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